
Con la llegada del otoño y el invierno algunas personas pueden sentirse deprimidas, un fenómeno que se explica con el llamado trastorno afectivo estacional. El trastorno afectivo estacional está incluido como una forma especial de presentación de los trastornos afectivos tanto en la clasificación de la 11 Revisión de la Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud (CIE-11), como en la quinta edición del Manual de Diagnóstico y Estadística de trastornos mentales de la Asociación Americana de Psquiatría (DSM-V).
¿Cuáles son los síntomas del TAE?
Cambios en el estado de ánimo. La persona puede sentirse triste o irritable la mayoría del tiempo por lo menos durante 2 semanas en una época específica del año. Durante este tiempo, una chica o un chico pueden tener sentimientos de desesperanza o de no valer nada. Como parte del cambio del estado de ánimo que acompaña al TAE, las personas pueden ser autocríticas; demostrar mayor sensibilidad que lo usual a la crítica y llorar o molestarse más a menudo o con más facilidad.
Incapacidad para disfrutar. Una persona con TAE puede perder interés en las cosas que disfruta normalmente y sentirse incapaz de disfrutar de las cosas como antes. Las personas con TAE también podrían tener la sensación de no poder completar las tareas tan bien como antes y sentirse insatisfechos o culpables. Una persona con TAE podría perder interés en los amigos y dejar de participar en actividades sociales.
Poca energía. El cansancio inusual o la fatiga sin razón aparente son también parte del TAE y pueden hacer que las personas se sientan con poca energía.
Cambios en el sueño. La persona podría dormir mucho más de lo usual. Dormir demasiado puede hacer difícil para un estudiante con TAE levantarse y alistarse para la escuela en las mañanas.
Cambios en la alimentación. Los cambios en la alimentación y el apetito relacionados con el TAE pueden incluir ganas de consumir carbohidratos simples (como alimentos reconfortantes y azucarados) y la tendencia a comer de más. Este cambio en la alimentación podría resultar en aumento de peso durante los meses de invierno.
Dificultad para concentrarse. El TAE puede afectar la concentración e interferir con el rendimiento escolar y las notas. El estudiante podría tener más dificultad que lo usual para completar los deberes a tiempo o podría carecer de la motivación usual. Una persona con TAE podría notar que sus notas bajan, y los maestros podrían opinar que el estudiante parecería estar menos motivado o que se está esforzando menos en la escuela.
Disminución de las actividades sociales. Las personas con TAE pueden pasar menos tiempo con los amigos, en actividades sociales, o en actividades extracurriculares.