El “síndrome de Peter Pan” puede definirse, como un conjunto de rasgos de la personalidad de una persona adulta, que manifiestan inmadurez emocional. Las personas “Peter Pan” se comportan como lo harían los niños o adolescentes, sin ser capaces de responsabilizarse de sus actos y obligaciones de la vida adulta. Dificultando en muchos casos, su desarrollo vital, ya que no asumen los roles, ya sea de pareja o paternales, por ejemplo, que se esperan de una persona madura.
Las personas con estos comportamientos presentan un desfase patológico entre su edad cronológica y su edad emocional.
Este síndrome no es un término científico de la psicología y no está recogido como un diagnóstico psiquiátrico, pero es cierto que existe y es un perfil patológico derivado de la experiencia clínica de los psicólogos y psiquiatras profesionales.
Fue por primera vez descrito por el psicólogo, Dan Kiley en 1983. Al observar cómo el estado psíquico y comportamiento de algunos de sus pacientes se quedaban estancados en la niñez y adolescencia, no siendo capaces de alcanzar la madurez psicológica, y siendo incapaces de desenvolverse en la vida sin la ayuda o apoyo emocional de otras personas.
Dan Kiley encontró, a menudo, que estas personas mostraban rasgos narcisistas, arrogantes, manipuladores y cautivadores, pero que realmente tienen miedo al fracaso personal, una autoestima baja y un estado de inseguridad permanente.
Este síndrome es bastante incapacitante, ya que es un lastre en el desarrollo personal y puede poner en serias dificultades las relaciones sociales o familiares de las personas que lo padecen.
En este artículo que hemos preparado en la clínica CASMI, veremos los síntomas, sus causas y su tratamiento. Si crees que puedes padecer este síndrome o conoces a alguien a quien pueda resultarle de ayuda este artículo ¡Quédate con nosotros!
Contenidos del artículo.
Síntomas y señales del “Síndrome de Peter Pan”.
Las principales señales y síntomas característicos de un adulto que padece “síndrome de Peter Pan” que podemos destacar son, en primer lugar, un sentimiento de Carpe Diem, ya que, por su carácter irresponsable y su inmadurez, no quieren pensar en el futuro ni afrontarlo.
Son personas inestables emocionalmente, al no ser capaces de controlar sus sentimientos, haciendo que tengan vaivenes emocionales constantemente y altibajos en su estado de ánimo.
Suelen presentar una baja autoestima e inseguridad. Muchas veces debido a su falta de inteligencia emocional no son capaces de conocerse y quererse a sí mismos aunque parezca lo contrario, ya que esa inseguridad suele ser tapada con una coraza de arrogancia.
Muchas veces son personas narcisistas, egoístas y egocéntricas, ya que viven centradas en su mundo propio, y en sus problemas, sin preocuparse demasiado por lo que le sucede a los que le rodean.
Tienen un comportamiento impulsivo. Actúan como niños pequeños o adolescentes rebeldes. No piensan en las posibles consecuencias de sus actos.
También presentan una baja tolerancia a la frustración, si algo no sale como ellos esperan se enfadan. Sienten insatisfacción y tienen una reacción fuera de lugar. Este sentimiento de insatisfacción constante les provoca un deseo de tener todo, pero sin tener que hacer un esfuerzo por conseguirlo.
En muchas ocasiones viven en una realidad paralela o un mundo idealizado, exagerando logros, negocios o conquistas amorosas.
Idealizan además la juventud, como una etapa vital maravillosa.
Tienen miedo a la soledad y a la vez al compromiso. Son personas que no quieren quedarse solas, pero tienen problemas para mantener una relación estable ya que considera el compromiso como un obstáculo a su libertad.
Suelen tener la creencia de que están por encima de las leyes de la sociedad y de las normas establecidas. Mienten y manipulan para conseguir lo que quieren y se esconden detrás de excusas para disimular su incapacidad para crecer.
También sienten una gran necesidad de atención por parte de quienes le rodean y si algo no les sale bien culpan a los demás.
Causas del “Síndrome de Peter Pan”.
Las causas del “síndrome de Peter Pan” se hayan directamente relacionadas con la infancia. Tanto por haber sufrido una infancia muy infeliz, sin cariño ni afecto, donde la función del “síndrome de Peter Pan” es recuperar esa infancia perdida, como todo lo contrario, haber vivido una infancia tan sumamente feliz que se acaba idealizando en la edad adulta. Y que busca eternizar los momentos felices viviendo en una infancia irreal que se niega a superar.
Las personas que han tenido una educación consentida y con total ausencia de reglas, responsabilidades, exigencias o limites también son más proclives a padecer el “síndrome de Peter Pan”. Ya que no han desarrollado la tolerancia a la frustración en su niñez.
Por el contrario, los niños o adolescentes que han tenido demasiadas responsabilidades para su edad, son más propensos a desarrollar este síndrome en la edad adulta, porque intentan recuperar esa infancia despreocupada robada.
También está relacionado con personas que han sido sobreprotegidas, sobre todo en la adolescencia. Al no poder hacer cosas que a esa edad les tocaba y afrontar por sí mismos los cambios, retos y problemas que se presentan en esa etapa de la vida, intentan hacerlas a la edad adulta.
Tratamiento del “Síndrome de Peter Pan”.
La terapia y la ayuda de un profesional de la salud mental son los mejores aliados para superar el “síndrome de Peter Pan”. En la clínica CASMI contamos con los conocimientos necesarios para que las personas puedan superar esta patología, madurando emocionalmente y adaptándose a su edad cronológica y vital
El tratamiento se basa, en primer término, en reconocer las conductas de inmadurez que no permiten el desarrollo a la vida adulta. Si crees que padeces el síndrome y has llegado hasta aquí, enhorabuena, ya que ser capaz de reconocer el problema es un gran paso del camino.
El doctor Juan José García Orozco establecerá objetivos a largo plazo, entrenando habilidades sociales para aprender a tener empatía con los demás y no enfocarse solo en las necesidades propias.
A través de la terapia Cognitivo Conductual se aprende a manejar los pensamientos, cambiando la forma de interpretar la realidad y así poder detectar los errores de pensamiento.
Otra parte fundamental es aprender a hacer frente a las responsabilidades, trabajando en estrategias de toma de decisiones de manera segura y entrenando la resolución de problemas, estudiando formas para afrontar de manera adecuada esos problemas, mejorando la resiliencia. Y asumiendo nuestra responsabilidad, sin hacer responsables ni culpar a los demás.
Finalmente, otro punto muy importante que se trabaja es el aumento de la autoestima y la seguridad en uno mismo.
En la clínica CASMI del Doctor Juan José García Orozco encontrarás la ayuda que estás buscando de la forma en que la estás buscando, ya sea de manera Online o presencial.
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