Esta pregunta es bastante habitual que te la hagas. Ya sea porque estás pasándolo mal tú mismo o alguien que te importa.
Aunque tengan cosas en común, la ansiedad y la depresión también tienen características que las diferencia a una de la otra, tanto en cómo se producen, en lo que sufre la persona que las tiene y en cómo resolverlas.
Aquí, no te voy a hablar de todas las diferencias entre ambas, si no que te voy a contar, de forma breve, lo que puedes experimentar si tienes ansiedad; luego te hablaré de lo que puedes sentir si tienes depresión; y, finalmente, te explicaré las diferencias entre ambas.
Vamos a ello.
Contenidos del artículo.
¿Qué es la ansiedad?
No te voy a decir lo que es la ansiedad como lo haría un diccionario. Te voy a contar lo que siente alguien que sufre ansiedad.
Imagínate que estás tan tranquilo en tu oficina de trabajo y, de repente, salta la alarma de incendios. Miras a todos lados buscando donde está el fuego, pero no consigues verlo. Sin embargo, la alarma está sonando, lo que indica que hay un incendo en algún sitio y debes salir de allí si no quieres morir quemado.
Bien. Ahora supón que estas de nuevo en tu oficina, y ya es la cuarta vez que suena la alarma esta semana. Por suerte no se ha quemado nada, ni nadie se ha herido, pero aún así la alarma sigue sonando. Al principio era algo esporádico, pero ahora ya suena casi a diario.
Lo peor de todo es que suena igual cuando detecta el humo de un cigarrillo que cuando una vorágine de fuego está consumiendo el edificio.
Por tanto tu sigue entrando en pánico cada vez que suena… «¿y si esta vez de verdad se está quemando el edificio y por no hacer caso muero carbonizado?» Este miedo constante a que suene la alarma se llama «ansiedad generalizada«.
El miedo que sientes cada vez que suena la alarma se llama «ataques de pánico«.
Pasemos ahora a la depresión.
¿Qué es la depresión?
Tampoco aquí voy a usar el diccionario para contarte lo que es la depresión.
Imagina esta vez que estás en tu cama y acaba de sonar el despertador. Notas que remoloneas más que de costumbre antes de levantarte. Pero bueno, a fin de cuentas, ¿Quién no tiene tiene un día, o incluso varios, donde se encuentra más cansado? Así que lo dejas pasar, «el fin de semana duermo y me recupero».
Sin embargo, ya han pasado más de dos semanas y cada vez te cuesta más levantarte de la cama, te notas que aguantas menos a los demás, incluso empiezas a evitarlos siempre que puedes, los problemas del día a día e agotan cada vez más… Hasta que un día de repente descubres que no quieres salir de la cama, no has dormido bien, no tienes ganas de levantarte para hablar con la misma gente de siempre, hacer lo mismo de siempre… solo quieres hacerte invisible y aislarte del mundo, desaparecer.
Nada te satisface, ni salir con los amigos, ni la sonrisa de tus hijos, ni ver una película… Se te ha formado un vacío que nada puede llenar a pesar de que lo intentes tú o los demás.
Eso es la depresión.
Pero si a simple vista la ansiedad y la depresión parecen diferentes, ¿por qué habría que señalar las diferencias entre ellas? Porque…
Es posible sufrir de ansiedad y depresión al mismo tiempo.
Así es. Los profesionales lo llamamos «síndrome ansioso-depresivo» porque sufres al mismo tiempo una mezcla de ansiedad y depresión.
La parte ansiosa es la que hace que estés todo el tiempo con miedo: miedo a que pase algo malo en cualquier momento, a marearte y caerte al suelo, a que sufras un infarto de corazón o cerebral en cualquier momento, a que te vuelvas loco o incluso peor, a que los demás descubran cómo te sientes.
La otra, la depresiva, es la que te provoca la desgana:
Es decir, si estás sufriendo síntomas leves de ansiedad y depresión (inquietud, falta de concentración, mayor cansancio, etc.), empezar una Psicoterapia Positiva es una muy buena opción, ya que se ha demostrado que mejora tu bienestar y alivia los síntomas de ambas enfermedades.
También si has probado otras terapias psicológicas tradicionales de eficacia demostrada (como la cognitivo conductual o las contextuales) y no han funcionado en tu caso (te recomiendo que pruebes de nuevo con otro terapeuta), es una buena alternativa probar con la Psicoterapia Positiva.
En cambio, si estás sufriendo ansiedad o depresión moderadas (es decir, empieza a costarte demasiado concentrarte en tus estudios o trabajo, te levantas nervioso por tener que afrontar otro día más, estás adelgazando porque no te entra la comida, etc.), te recomiendo que elijas las «Psicoterapias Tradicionales», ya que hay más experiencia en su uso y su eficacia es mayor.
En conclusión: elije en la psicoterapia (Positiva o «tradicional»), no en el profesional.
Me refiero, elije siempre a un terapeuta con experiencia en la psicoterapia que utilice y asegúrate de que dispone de formación oficial como psicólogo y/o psicoterapeuta. No pongas tu mente (que es la que dirige tu vida) en manos de un profesional sin titulación y que aplique terapias que no están apoyadas por la investigación científica.
Vamos, que habiendo psicoterapias que han demostrado ser eficaces y cuyo coste es similar a las que no lo han demostrado, ¿por qué no elegir las que ya sabemos que pueden ayudarnos?
Eso es todo. Si conoces a alguien a quién le pueda interesar o le sea útil, no dudes en compartir este artículo.
¡Mucha salud!
Dr. García-Orozco (Médico psiquiatra, psicólogo y psicoterapeuta)